Cuando llegue ese día... sabrás lo que te digo, solos tu y yo sumergidos en una combinación poco usual de fuego y temor, en adicción y banalidad, en deseo y curiosidad, en predisposición y casualidad; te hablaré sin hacer ruido alguno y te buscaré en la penumbra de nuestro refugio, ese refugio que es el mas obvio pero el mas discreto, el que esta en medio de todos pero que nadie ve, ese será el escenario perfecto para tal osadía, acto en donde quiero deleitarme de tu volumen y abordarte por completo, para olvidar nuestra realidad y cubrirnos con el manto de lo desconocido y sensual. Cuando llegue ese día... estarás tibia y sonriente, callada y húmeda, tímida y en paz, tu piel morena se confundirá con lo oscuro natural de la habitación, y nuestros cuerpos serán los instrumentos perfectos para hacer una suave melodía que durará lo que nuestros sentidos atentos permitan, será una noche, tal vez un atardecer, será solo un momento o será para toda la vida... estaremos atentos al tiempo, quien a final de cuentas es el juez de nuestros actos, sin embargo, sigo esperando que llegue ese día, por que sé que tu lo esperas igual...
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