domingo, 1 de septiembre de 2013

No escuches mis palabras…

No le hagas caso a lo que te digo, no me prestes atención, yo sé que piensas que estoy mintiendo… pero, antes de irte, quiero que me hagas un favor:

No ignores mi mirada… esa mirada que se pierde en tus ojos cuando contento te saludo, esa mirada tímida que escondo cuando me pillas observándote a la distancia, o quizás mientras te acercas, esa misma mirada que vibra cuando de frente te miro, aguantando un suspiro, gritando en silencio lo que ahora te digo.

No ignores mis labios… estos mis labios furiosos que se muerden a si mismos por estar tan lejos de los tuyos, los que sonrojados piden a gritos solapados tocar de nuevo tu piel, estos mismos labios que han sido tuyos a placer, y sin pretenderte ofender, pienso que justo ahora los estas deseando otra vez.

No ignores mis manos… estas mismas manos inquietas que te hicieron temblar, aquellas mis manos que muchas veces intentaste parar, pero que siempre al final sencillamente con su roce te dejabas conquistar, yo sé perfectamente que te hacen suspirar, entonces deja de pretenderlo ocultar.

No ignores mis gestos… los celos cuando con otro te veo hablar, mis rabias porque sé que otro te hace suspirar, mi frustración porque ahora esos labios otros los ha de saborear, aunque estoy algo confundido, por que guardo tontamente la esperanza que todo esto también a ti te ha de pasar.

Recuerdo cómo te gustaba estar entre mis brazos, también recuerdo esa cosquilla que sentía cuando tu aliento se agitaba estando entre mis manos, aquella mirada pícara y el gesto aquel que tanto me encanta ver, un guiño de ojo, una sencilla caricia, un cálido abrazo o un ataque de pasión, cualquier cosa la puede crear, si tu de nuevo entre mis brazos vuelves a estar, quiero tenerte junto a mi, quiero de cerca volverte a contemplar, dame tan solo 6 horas para intentar demostrar… lo que con mi silencio te quiero interpretar.

No escuches mas mis palabras, sin embargo, presta atención a mis sentimientos, no busques mas no desentones… solo deja por un momento tu miedo junto a tu ropa y permite que tu cuerpo haga lo que tu corazón diga.

1 comentario:

Roxana Quevedo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.