sábado, 10 de noviembre de 2012

Museo del Ferrocarril (Guatemala)

Cuando era pequeño, tuve la suerte de viajar en tren de la capital de Guatemala hacia el departamento de El Progreso Guastatoya, viajábamos para ir a visitar a mi abuelita (QEPD) que vivía en un pueblito de por allá, también recuerdo que ir en tren era un poco mas tardado que viajar en bus extraurbano, pero es hasta ahora que me doy cuenta que hacer el viaje en un vagón jalado por una impresionante máquina es una experiencia inigualable; los viajes eran más directos, es decir, solo habían unas 2 ó 3 paradas (estaciones) antes de llegar a nuestro destino, los vagones no tenían vidrios en las ventanas y era increíble sacar la cabeza y ver hacía abajo cuando pasábamos sobre algún puente, o la sensación de la oscuridad profunda que se apoderaba de nosotros  al pasar en algún túnel.   

Mi abuelita y el resto de familia que vivía por allá, tenía dos pequeños terrenos que los usaban para la siembra, el primero estaba como a 20min a pie de la casa, a el le llamaban "La Huerta" y al segundo un poco mas alejado le llamábamos "Las Vegas", este segundo quedaba unos pocos minutos mas allá de la línea del tren; recuerdo también que con nuestro primos, lo que mas disfrutábamos al llegar a aquel lugar era irnos a bañar al río (Motagua) o ir a comer mangos al pie del árbol a "Las Vegas".

Justo al pasar la linea del tren, todos los pequeños (en ese entonces yo uno de ellos) poníamos la mano o el oído sobre el "riel", truco que nos enseño mi tío para saber si se aproximaba el tren o no, lo mejor de todo es que si funcionaba, por que se sentía esa vibración peculiar que tenían semejantes máquinas a su paso a varios cientos de metros, cuando descubríamos que el tren estaba por pasar simplemente lo esperábamos, la sensación de ver el tren venir era increíble, gritábamos con mucha emoción que ahí venía, y al pasar frente a nosotros, con señas pedíamos al piloto que sonara su bocina, y varias veces nos complacían, escuchar ese ensordecedor rugir de su bocina, y contemplar el imponente paso de la locomotora pasar frente a nosotros era algo sensacional.

Bueno.. pero lo que en realidad les quería contar es que hace una semama lleve a mis hijos (y a mis sobrinitos) a conocer el Museo del Ferrocarril de FEGUA, que es la vieja estación central de tren ahora convertida en museo, al entrar ahí pareciera que el tiempo se detuvo en ese lugar, ver aquellas máquinas que de niño me emocionaban tanto fue muy bonito, el recorrido puede ser guiado, pero también puede hacerlo uno mismo, hay vagones en los que se pueden subir, vagones de pasajeros, así como otros de trabajo y hasta un lugar para contemplar de cerca cómo eran los controles de las locomotoras, así momo muchos instrumentos de construcción o reparación de la línea férrea, así como cuadros, oficinas, trajes, equipo y una gran variedad de cosas propias de este medio de transporte, un lugar en donde vale la pena visitar.

Espero que cada día vayan mas personas a visitar este lugar, ya que considero que sería oportuno hacer unas cuantas y pequeñas mejoras a las instalaciones, para que el paseo por la historia de nuestro país sea mas grata y enriquecedora. 

Les comparto unas cuantas fotos de nuestra visita...
















 


  


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