De
su historia:
El trofeo de La Copa
del Mundo es (y debe de ser) lo más deseado por toda selección nacional
existente, éste se entrega al campeón del torneo que se organiza cada 4 años,
es así como lo tenía pensado la FIFA desde 1930 (año del 1er mundial en la
historia), hasta nuestros días; en aquel entonces, se usaba la “La
Copa Victoria”,
al menos llamada así durante 20 años, ya que en 1950 se rebautizó con el nombre
de “Copa
Jules Rimet”, llamada así en
honor al presidente de la FIFA que fue el que sugirió que se realizara una
campeonato de Futbol a nivel mundial, y la estatuilla de aquel entonces estaba
elaborada de plata esterlina chapeada en oro sobre una base de lapislázuli, y
representaba a “Niké”, la Diosa griega de la Victoria.
Es tan preciada la
copa, que durante la Segunda Guerra Mundial, el presidente de la federación de
futbol de Italia (vigente campeón de 1938), Ottirino Barassi, retiró en secreto
la estatuilla del banco de Roma y la escondió en una caja de zapatos debajo de
su cama, con el único afán de esconderla de los Nazis y evitar que ellos se
apoderaran de la copa.
Meses antes de que
empezara la Copa del Mundo de Inglaterra 66, la estatuilla fue robada (por
primera vez) durante una exposición pública en el Salón Central de Westminster
(Londres), con la gran fortuna de encontrarla tan solo sieter días despues, envuelta en papel periodico en el fondo de un jardin subterraneo, y a quien el mundo
le debe ese hallazgo es nada mas y nada menos que un perro llamado “Pickles” (¡buen muchacho!),
el perro fue toda una celebridad, incluso hasta lo invitaron a una cena de celebración del
equipo ingles cuando ganaron ese mundial.
De
su Robo:
La noticia que
paralizó a todo el mundo (al menos al mundo del futbol), fue la de un 20 de
Diciembre de 1983 en Brasil, la noticia se riega como agua, ¡La Copa Jules Rimet fue Robada!; dos
hombres encapuchados, después de atar y vendar los ojos del vigilante del
edificio, consiguieron entrar a la Confederación Brasileña de Futbol (CBF),
edificio que quedaba sobre la céntrica calle Alfandega, allá en Rio de Janeiro; armados con todas las llaves
del vigilante, se dirigieron sin ninguna complicación al noveno nivel del
edificio, y después de arrancar de la pared el vidrio blindado que protegia la copa, se
apoderaron del trofeo. (y todo pasó aproximadamente en un lapso de 20min).
Brasil y el mundo
entero no lo podía creer, todo el mundo hablaba de tan lamentable hecho,
incluso el Rey Pelé relaizó un comunicado a travez de la televisión,
tratando de hacer conciencia a los ladrones para que devolvieran al copa, aluciendo que más allá de la riquesa que podía generar,
era mas grande el incalculable valor sentimental que la nación completa tenía
hacia la copa.
Días después del
robo, la policia detuvo a un
“sospechoso”, Antonio Setta, un recurrente ladron de cajas fuertes, en su declaración, Setta dijo no haberlo
hecho, ya que eso su hermano había muerdo de un infarto cuando Gerson anotó el
segundo gol frente a Italia en la Final de Mexico 70, y que robar la copa sería como deshonrar su
memoria; pero acusó a Sergio Pereira Ayres de haberle propuesto robar la copa algunos meses atrás,
por lo que Pereira fue detenido días
después, y luego de 3 días de interrogatorios, Pereira confesó haber planeado
el robo y delato a sus cómplices, Jose Luiz Vieira da Silva y Francisco
José Rocha Rivera,
dos ladrones conocidos como “El Bigotes” y “El Barbudo”, y a Juan Calos
Hernandez, un joyero Argentino residente de Rio de Janeiro.
Las conclusiones de
la investigación policial arrojaban que el móvil del robo era para derretir la
estatuilla y convertirla en lingotes de oro, para aprovechar los 1.800 gramos
que contenía la copa, pero esta conclusión se llegó hasta 1988 (5 años después
del robo), año en que sentenciaron de 3 a 9 años a los implicados (muy poco
para tan importante trofeo), pero para ese entonces, el primer involucrado (Setta), había muerto en un
accidente de tránsito en el 85; “El Bigotes” (Vieira) lo mataron en un supuesto
“ajuste de cuentas” en un bar de Rio de Janeiro, Pereira (el creador intelectual de hecho) y
“El Barbudo” fueron encarcelados hasta 199 y 1995 respectivamente; mientras que
Juan Carlos Hernandez, escapó a Francia, en donde pasó 7 años encarcelado por
tráfico ilegal de drogas.
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