jueves, 7 de marzo de 2013

Tu nombre me recuerda a tí...


Cada vez que leo tu nombre… me hace recordar lo Dulce que eres conmigo cuando entre mis manos estas, me recuerda aquella sutil sonrisa y tu clásica forma de coquetear, recuerdo como tus brillantes ojos tímidos me envuelven por un segundo con aquella mirada repentina que regalas justo antes de besar o cómo de lejos te sonríes y te sonrojas mientras guiñas un ojo al pasar.   Al leer tu nombre me transporta a ti, a tu aroma, a tu cintura, a tu ladito…, tu nombre me hace recordar cómo mis dedos se pierden acariciando tu fino cabello negro, siempre dócil y exquisitamente perfumado, también recuerdo aquel tierno beso en el hombro que me diste cuando ligeramente entrelazados viajabas a mi lado, lo recuerdas?, o el sabor a tus labios que dejas en mi aliento después de un beso prolongado.

No existe otra palabra que tenga la magia de llevarme a tu silueta, si, aquella silueta que se estremece una y otra vez cuando justo en el borde de tu escote juguetean mis dedos, aquella misma silueta que, acomodada juntito a mi, se convierte en mi única ruta para poder llegar a ti, para poder acercarme a ti, para poder estar dentro de ti…, esa misma silueta que invade mis sueños y pone a temblar todos mis sentidos cuando siento su calor aquí cerquita de mi.  Digo tu nombre y me hace recordar como tu respiración se agita, al ritmo de nuestros besos, decir tu nombre es invocar tu presencia, es entender tu esencia, es recordar como encogida de hombros te estremeces cuando mis labios surcan tu delicado cuello, decir tu nombre es recordar lo suave que son tus mejillas cuando acaricias las mías.


Y no estoy mintiendo cuando te digo que me encantas!, el aroma de tu piel, el tener tu mano ente la mía, recorrer con mi dedo la curva discreta de tu nariz, todos y cada uno de los detalles y momentos contigo los recuerdo y los atesoro; leer tu nombre es volver a vivir, es recordar, es soñar, es sentir de nuevo, es darle vida a mis ganas de ti, es desearte junto a mi, es negarme a dejarte ir, es recordar que, aunque no estés a mi lado en ese momento, siempre te tendré cerca, siempre estarás conmigo, es querer sentir tu calor y tu piel una y otra vez hasta envejecer, decir tu nombre es… tan solo muchas de las cosas que me transportan a ti.

Un segundo a tu lado basta para saber que es ahí justamente donde quiero estar, un instante me basta para saber que eres tú en donde debe desembocar todo aquello que provoca tu presencia a mi lado, que es aquella ternura de la que te hablaba el otro día.  Hemos escrito muy poco de nuestra historia, pero hemos hecho grandes cosas para vencer nuestros miedos, esos mismos miedos que hoy nos motivan a querer mas, a explorar mas, a atrevernos a más; hoy quiero que escribas mi nombre, para soñar que tu cuerpo y tus labios tienen sed de mi, o quizás para que descubras que tu también me quieras cerca de ti.

4 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Sin palabras, sin aliento, con una lagrima, con suspiro, una sonrisa por esas lindas palabras... Fernando Luna que bonito escribis...!!! ;) Ya sabes quien!

Anónimo dijo...

:(

Roxana Quevedo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.