Si tuviera el control sobre lo
que dicen mis letras, trataría de no dedicarte un discreto twett insinuándote
que aún me gustas, intentaría no escribirte en el muro para hacerte saber que aún siento
algo por ti, si tuviera el control de mis letras, las escribiría justo en la
línea de tu cuello… para olfatear como en aquellos tiempos el fresco aroma de
tu piel blanca, las susurraría detrás de
tu oído… para ver como mágicamente te erizas con el suave roce de mi aliento,
las redactaría al borde de tus caderas… para contarte una historia alrededor de
tu cuerpo, en donde el final del cuento sea el inicio de otro aún mejor; todas
ellas estarían inspiradas en ti, provocadas por tu sonrisa y motivadas por tu delgada
y encantadora figura; si tan solo tuviera el control pleno sobre mis letras,
les diría a ellas que fueran a ti en cuando salgan de mi mente, para darte
fuerzas cuando aún te encuentres de rodillas, para darte esperanza cuando
recién la hallas abandonado, para darte alegría incluso antes de que la hallas
olvidado; me encantaría escribirte un poema, quizás una prosa, o tal vez un
verso, o una sutil melodía en donde el acorde final sea un tierno beso; me gustaría escribir lo que siento sobre tu misma
piel… para que lo guardaras en tu ser; si tuviera el control sobre mis letras…
les exigiría a ellas que al llegar a ti, recorran todo tu cuerpo y al final se
cuelen muy discretas por tus párpados y se alojen silenciosas en tu pecho, para
proteger y contemplar el ritmo de tus latidos, y que en cada uno de ellos armonicen
tus sentidos y te confiesen que este sentimiento que dejaste guardado en mí, aún
sigue vivo…, les pediría que te explicaran lo complejo que es para mí poder acercarme,
para que no pienses que soy un cobarde, si no por que pienso que al tenerte a
mi lado darte un beso será inevitable; hoy escribo que no me pude contener, de
quedarme callado sin hacértelo saber, pero me encantaría descubrir que piensas
hacer, ahora que te confesé que estas letras están escritas para ti mujer.
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