Hoy… desperté de golpe, “F%&K” dije,
(o sea: Rayos!) y es que ya era un poco tarde por la mañana para salir al ahora tan lejano trabajo, la batalla contra el despertador de 1 hora no fue suficiente para convencer a mi subconsciente a que me levantara, sin disfrutar del debido proceso de amanecer progresivamente, salto de la cama directo a la ducha, al recibir las primera gota de agua fría exclamo: “hay jueP%$@!”
(o sea: Ah… que fresca está el agua), al menos me ayuda a olvidar por un momento el sueño, ya finalizando con el ritual matutino, el reloj me recuerda insistentemente con la ruidosa segundera que ya es hora de salir!, sin perder mas tiempo salgo a la esquina de mi casa, desde ahí veo que se aproximan dos ruleteros los cuales vienen muy rápido, lo cual es bueno, le hago la parada al primero… y con las manos me hace señas que “atrás viene el otro”, le hago la parada al segundo y me ignora discretamente. “hijos de la gran P%&@” pensé,
(o sea: Oh cielos… el piloto del autobús no me vio!), plantado como novia de pueblo, mejor decido caminar para encontrar al próximo bus, mientras camino pasa un “bus azul”,
(si… de los nuevos!), pero como no recargue mi tarjeta pues ni modo, sigo caminando y veo que se aproxima otro bus, esta vez es otro “tomate”
(si… de los viejos!) y venia igual de rápido que los primeros dos, con algo de suerte me logro subir a como puedo mientras disminuye su velocidad por culpa de un túmulo, allá al fondo se ve un asiento vacío, justo a dos pasos de él otra persona lo ocupa… no hay de otra, me iré de parado.
En la primera parada de bus, de la colonia vecina, la gente casi se amotina por subir al ruletero, entre el conato de tumulto de pronto aparece un señor justo al lado mío, lo cual es completamente normal en el tradicional sistema de transporte… hasta que sube el brazo para tomarse del tubo, “WTF!!!?”
(o sea: Que es ese olor?) no te miento, hasta la garganta me pico del aroma tan fuerte que emanaba de sus axilas, casi al borde de la desesperación, evalúo seriamente decirle al caballero que baje el brazo y recomendarlo una desodorante de paso, casualmente antes de hablar con el, el caballero llega a su destino y se baja del automotor; “P#$%!, q tufo + S3$%T&” pienso,
(o sea: cáspitas! que fuerte transpiración la del buen hombre); sigo unos minutos mas en el colectivo, lidiando con los gritos del ayudante corriendo a la gente, conversaciones telefónicas de otros usuarios y mas gritos de algunas personas que al parecer no conocen la función del “timbre” para anticipar su parada, y recurren a los chiflidos, gritos y hasta golpes al techo del bus, pero entre tanto… por fin llega mi hora de bajar.
Debo de llegar al otro lado de la calle, la pasarela luce vacía pero como la prisa aprieta, hago un par de piruetas con los carros y me cruzo la calle, ya estando del otro lado apresuro el paso, sufro un leve tropezón… pero no importa, sigo la marcha y solo me da tiempo de reírme de lo ocurrido; ya acomodado en el asiento el bus emprende la marcha, a medio camino de mi destino, noto que una señora va inquietando un poco a las personas que van paradas, y se llega a parar de tras de señorita que estaba parada a un lado del asiento de enfrente, sin pena ni prisa la señora descaradamente empieza a tratar de abrir la bolsa de la despistada señorita, luego de un par de intentos fallidos, desiste y se corre hacia atrás del bus seguramente por otra víctima, ya por fin llega la hora de bajar y me debo de abrir espacio entre la gente, el de atrás (que también quiere bajar) empuja para hacer presión, y luego de un masaje improvisado llego a mi trabajo adolorido y malhumorado, pero nada que no cure una buena refa.
Continuará…